Hola, siempre te lo dije, eres una Re-creacionista sin fín, creas y desapareces, crees y dudas... Sé que en partes fue difícil, desinfle tu encanto, pero eras mi sustento. Estás en mi corazón, somos humanos, débiles, pero también soñadores y creyentes. Íbamos juntos, sin testigos por senderos de amor con dolores. Cargas más que humanas, y ahí estábamos. Juzgarnos sin piedad era más que una osadía, un propio delirio, y ahí caímos. Desencantados, esquivos, sintiéndonos perseguidos por nuestro propio sueño. Escogimos matar nuestro amor, era premeditado, oculto y oscuro. Más allá del inconsciente, nuestra defensa, y esta actuó. En propicio momento de ensueño, entre la noche y el día salto como bestia primigenia. Nos despojó de pudor, nos inundó de motivos, cómplices tú y yo lo llevamos al cadalso. Y nuestro amor sufrió! Ahora por senderos sin nombre erramos cada uno, cargando su cadáver. Donde encontraremos el perdón...
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